Hace 25 años, en 1997, los hermanos capuchinos llegábamos un 11 de agosto a La Piedad, Mich. donde se erigía canónicamente como Noviciado de la entonces Delegación la fraternidad de San Antonio de Padua. La decisión de llegar a este lugar fue una mayor posibilidad de apostolado y formación. Además de ser un lugar relativamente cercano a la fraternidad de Guadalajara. Tras el permiso de Mons. Alberto Suárez Inda se instalaron en una pequeña casa que se acondiciono para ello, en un primer momento por el centro de la ciudad y posteriormente en la Colonia Vasco de Quiroga. En el año 2004 se inauguró y bendijo la casa actual donde desde el 2005 es sede del postulantado.
Desde entonces nuestra presencia en esta comunidad ha sido colaborando en la atención pastoral De la Iglesia local celebrando la eucaristía y el sacramento de la reconciliación; así mismo se apoya en los colegios católicos con temas, retiros, misas, confesiones, etc. En el año 2010 Mons. Alberto Suárez pidió a los hermanos la atención de la Rectoría de Nuestra Señora de la Salud que se encuentra a espaldas de la casa de los hermanos. Esta capilla se ha vuelto el punto de pastoral, evangelización permanente y cercanía para todas las personas de esta zona.
No podíamos dejar de celebrar este gran acontecimiento para la vida de nuestra actual Custodia Provincial de México y Texas, para lo cual hemos tenido dos festividades sencillas y significativas en nuestra fraternidad:
El día 11 de agosto festividad de Santa Clara de Asís, hemos celebrado la eucaristía en la Rectoría de San Francisco de La Piedad, Mich. en compañía de nuestras Hermanas Clarisas Capuchinas de Zamora, recordando como hace veinticinco años ellas acudían a La Piedad, Mich. para recibirnos y apoyarnos en la instalación de los enseres en nuestra nueva presencia. Después de la eucaristía hemos compartido festivamente los alimentos en el convento San Antonio de Padua.
Los días 12 y 13 de agosto hemos compartido con nuestros amigos, hermanos y bienhechores de la comunidad este acontecimiento, a través de una peregrinación por algunas calles de la colonia, rezar el rosario y celebrar la eucaristía. La eucaristía propia de la festividad se realizó el día 13 de agosto al medio día donde tuvo lugar varios momentos significativos, para después compartir los alimentos y la alegría festiva de la cultura de estos pueblos que nos han acogido.
Agradecemos a todas las personas que con su compañía, cercanía, amistad y apoyo desinteresado contribuyo a estas festividades. Que Dios nos siga concediendo vivir el evangelio en fidelidad a la forma de vida que el nos ha concedido vivir.